Argentina
Selva Paranaense
Este proyecto vive en un bosque nativo en San Pedro, Misiones, inmerso en 22.878,5 hectáreas de terreno que están siendo regeneradas después de haber sido sometidas a explotación y deforestación durante años.
En el extremo oriente de Argentina, el Corredor verde es uno de los ecosistemas con mayor diversidad de especies vegetales y animales, siendo considerado el entorno natural más importante del país y uno de los principales del continente.
Tras años de explotación ilegal, la zona alcanzó altos niveles de degradación y contaminación. Hoy este proyecto trabaja para mejorar el manejo forestal, plantando más de 250.000 árboles de especies nativas al año.
El proyecto estima alcanzar un promedio de 103.553 tCO₂e en beneficios climáticos por año. Todo esto mientras trabaja junto a las comunidades locales para generar oportunidades y cubrir necesidades básicas en un área castigada por la pobreza.
Usando la tecnología, las plantas de Cururos tienen la capacidad de reemplazar la energía basada en combustibles fósiles por energía limpia, a través de un Sistema Interconectado Central (SIC).
Este proyecto comenzó en 2018 con una visión de 40 años vista, con el objetivo de combatir las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por la deforestación y la degradación forestal. Ya está dando sus frutos: Entre 2018 y 2020 se logró reducir la emisión de 2.643.720 tCO₂eq a la atmósfera.
Trabajar con las comunidades circundantes es clave para establecer un programa de conservación activo que beneficie tanto a los locales como a la biodiversidad de su bosque y a la salud del ecosistema.
Las familias que viven en la reserva se encuentran en una situación precaria y, hasta ahora, dependen en gran medida de prácticas que degradan el bosque para poder satisfacer sus necesidades básicas.
Para ello, se establecen plantaciones forestales con el fin de obtener productos madereros de alto valor y larga vida que secuestren grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera.
