Todo viaje empieza con un gesto

Nuestro estilo ilustrativo actual ha acompañado a la marca durante una fase de consolidación. Se caracteriza por un enfoque amigable, accesible y empático. Las formas presentan proporciones equilibradas, líneas rectas y ángulos dentro de un estilo hipergeométrico. La paleta es cálida y brillante, y el uso de degradados añade un volumen sutil y un toque digital.

Este lenguaje visual se centra en la representación directa de la diversidad: edades, géneros, capacidades y culturas coexisten en escenas cotidianas. Es un estilo que transmite cercanía y cuidado, que apoya sin abrumar, y que ha desempeñado un papel clave en la configuración de una marca que se esfuerza por ser inclusiva, responsable y humana.

Con el tiempo, empezamos a sentir que, aunque los principios y valores subyacentes seguían representándonos, el tono suave, casi infantil, de la ejecución limitaba nuestro potencial expresivo. Nos faltaba tensión, ritmo y energía. Nos preguntamos si este lenguaje visual seguía siendo el mejor vehículo para comunicar quiénes somos hoy: una marca en movimiento, tecnológica, conectada e impulsada por la ambición de una transformación sostenible.

Un estilo nuevo y fresco

La evolución que ahora presentamos surge precisamente de esa pregunta. ¿Cómo ilustramos una marca que ha madurado sin perder impulso? ¿Cómo hacemos visible la energía que nos impulsa sin renunciar a lo que nos hace humanos?

El nuevo estilo responde con un lenguaje visual más atrevido, expresivo y simbólico. Las proporciones se distorsionan intencionadamente, los cuerpos se alargan, las perspectivas se acentúan y las escenas se vuelven más dinámicas. Todo en este nuevo lenguaje apunta a una idea de acción, conexión y transformación. Ya no se trata solo de realismo: ahora hablamos en metáforas, en futuros posibles, de una marca que no solo refleja lo que es, sino que también expresa lo que quiere despertar, sin dejar de centrarse en la representación de la diversidad.

En esta nueva fase, un elemento visual adquiere un papel especial: las manos. Son el lugar donde se desarrolla la acción. La mano en el volante, la que sostiene el teléfono para solicitar un Cabify, la que escribe, entrega una botella de agua, señala o saluda. Las manos se convierten en el núcleo narrativo: no solo muestran lo que hacen nuestros usuarios y conductores, sino que también transmiten intención, decisión, conexión. Porque en un servicio como el nuestro, cada viaje comienza con un gesto.

Hoy en día, nuestra ilustración tiene dos objetivos principales: uno más expresivo, vinculado a la comunicación y el marketing; y otro más funcional, diseñado para apoyar la experiencia del producto de una manera clara, directa y accesible. Esta evolución se centra sobre todo en reforzar el primero: dotar a nuestra comunicación de una voz visual más distintiva, expresiva y memorable. Pero el segundo también evolucionará, adaptándose para que todo el sistema visual hable con una sola voz: coherente, flexible y contemporánea.

La paleta recién lanzada ayuda a que el nuevo estilo sea más saturado y contrastado. Los gestos gráficos cobran mayor protagonismo. Y las composiciones van más allá de la mera representación para convertirse en narrativas: visualizan ideas complejas, exploran nuevas posibilidades y hacen propuestas. El uso de colores planos en la nueva paleta exige mayor atención y cuidado a la hora de aplicar sombras para crear profundidad entre los elementos. También hemos añadido detalles y accesorios que aportan más textura y riqueza narrativa a cada escena.

Este nuevo lenguaje no invalida el anterior, sino que se basa en él, lo amplía y lo proyecta hacia el futuro. Sigue centrándose en la representación directa de la diversidad —de edades, géneros, capacidades y culturas— al tiempo que amplifica el ritmo, el movimiento y la energía. Porque nuestra ilustración no pretende simplemente decorar, sino expresar quiénes somos, cómo vemos el mundo y qué lugar queremos ocupar en él como marca.