Festivales y sostenibilidad: los eventos verdes son el futuro
Por fin, volvemos a disfrutar de las actividades al aire libre, la música en directo, el baile, el corear a viva voz los himnos de nuestra vida y el fast food entre concierto y concierto. Podemos afirmar que la convivencia con el virus es ya una realidad. Los festivales de todo el mundo han vuelto a abrir sus puertas y, con ellos, llega la reflexión: ¿cómo se puede combatir el impacto ambiental desde la pista de baile? ¿es posible, en un evento masivo, ser más ecológicos y reducir la huella medioambiental? ¿Cómo se organizan los grandes festivales del mundo para posicionarse como referentes verdes? ¿Cómo se garantiza la movilidad sostenible en este tipo de eventos?
Casi no hay datos registrados o informes publicados sobre el impacto medioambiental de los festivales. Encontramos varios en Gran Bretaña, siendo el más actual 'Show Must Go On: Environmental Impact Report and Vision for the UK Festival Industry', de la ONG Powerful Thinking. En él, estiman una media de 23.500 toneladas de residuos anuales generados en festivales, 5 millones de litros de combustible, 19.778 toneladas de emisiones de CO2 al año, y la estimación de que el 80% del total de esas emisiones procede de los desplazamientos (es decir, de la movilidad para llegar y moverse por el festival).
Para poder definir cualquier tipo de evento como sostenible, hay una serie de aspectos que han de ser abordados por las organizaciones: movilidad, congestión del tráfico y viajes; gestión de residuos; fuentes de energía y emisiones de CO2; contaminación acústica; alimentación y agua; impacto sobre el terreno en el que se desarrolla; talleres y eventos dirigidos a la concienciación de la organización y de los asistentes.
Estos parámetros son los que estudia A Greener Festival (AGF) , una empresa sin ánimo de lucro “comprometida a ayudar a los eventos, festivales y recintos de todo el mundo a ser más sostenibles y a reducir el impacto medioambiental; como pioneros en la sostenibilidad de los eventos desde la primera investigación en 2005, AGF proporciona certificación, formación, experiencia y facilita el intercambio de mejores prácticas”, como definen en su web oficial.
A Greener Festival, además de realizar minuciosas auditorias en los principales eventos culturales del mundo (ya sean festivales musicales como ferias o iniciativas locales), comparte buenas prácticas y realiza rankings anuales en los que premia a aquellos eventos que mejor puntuación obtienen. En el caso de los festivales de música, ¿qué han de hacer las organizaciones para obtener la máxima puntuación? ¿cómo convertirse en adalides de la sostenibilidad a través de la cultura y la música? Solo una respuesta correcta: alinearse con la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para la Agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas. Es imperativo alinear los festivales de música con los ODS, desde su organización, pasando por la gestión de los trabajadores, a los valores que proyecta cada evento musical. Hay varios festivales en el mundo que se acercan, con paso firme y decidido, hacia estos objetivos y que son ejemplos de que la sostenibilidad, en eventos masivos, es posible.
Tomavistas, Madrid
Sen Senra, Rigoberta Bandini, Cupido, Cariño... y un compromiso medioambiental que, cada edición, crece y amplía sus miras llegando a todos los aspectos del festival. “Desde la organización de Tomavistas trabajamos por desarrollar un festival implicado con su entorno tanto natural como social”, informan. Su objetivo es llegar a ser una productora de artes escénicas con huella de carbono 0 y, para ello, entre sus colaboradores se encuentra Reforesta (a través de la venta de vasos reutilizables contribuyen a su programa de restauración de vías pecuarias y ambiental de la Vereda de las Asperillas en Villamanrique del Tajo), Acción Social por la Música (la venta de la totalidad del importe de las entradas para menores de 11 años se dirige a trabajar por la capacitación, prevención y recuperación de los menores en situación de riesgo mediante la práctica colectiva de la música), y la Fundación COPADE (con quienes trabajan en la consecución de los ODS).
En el plan de gestión ambiental del festival nos encontramos con un panorama en el que lo social, la sostenibilidad y lo musical, se entrelaza:
- Movilidad: se celebra en un entorno urbano, por lo que el transporte público está asegurado; Tomavistas fomenta el uso del transporte compartido y de plataformas de movilidad sostenible.
- Reducción del consumo energético: implementación de generadores de bajo consumo y luces LED.
- Medición y compensación de la huella de carbono: “En 2019 emitimos 65,59 Toneladas de Co2. Para su compensación elegimos el proyecto Conservación de la Amazonía en Madre de Dios en Perú, cuyo objetivo se basa en reducir drásticamente la deforestación de la selva incrementando la vigilancia y aportando igualmente beneficios a las comunidades locales”.
- Medidas sociales: iniciativa 'Safe Sound and Kids' (para que los más pequeños puedan disfrutar del festival con toda seguridad y protección auditiva); paridad en las áreas laborales; evento family friendly; declaración del festival como LGTBIQ+ friendly, fomentando la inclusión entre sus trabajadores y el respeto a la interculturalidad y la diversidad en el entorno del festival.
- Gestión de residuos: reutilización de todo el material posible de edición en edición; forma de pago cashless para reducir el consumo de plástico (previamente, se pagaba por medio de tockens); estricto sistema de recolección y separación de los residuos trabajando por la circularidad (y en colaboración con Ecoembes, Ecovidrio y el Ayuntamiento de Madrid). “Gracias al esfuerzo realizado tanto por la organización como por los asistentes se estima que se ha conseguido evitar la emisión de 1,33 T de CO2 y el consumo de 5,02 MWh y de 26,93 m3 de agua”.
- Informes de impacto: al remate del festival, se elabora un Informe de Saneamiento del Sistema de Gestión Medioambiental, de manera que la edición del año siguiente trabaje en aquellas áreas que necesiten ser reforzadas.
Bahidorá, Morelos, México
El pasado febrero se celebró en Las Estacas (Morelos) el Carnaval de Bahidorá, un festival que pertenece a la categoría 'Leed Zero', junto a sus hermanos de productora Akahmba y Solar. Es decir, esta triada de festivales tienen una certificación de cero emisiones. La fórmula, que vio la luz en 2019 durante la COP25, es a través de una calculadora de la huella de carbono que se va contrarrestando con bonos de compensación certificados.
- Bono de reforestación y manejo forestal sustentable en Chiapas certificado por la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) de México.
- Bono de siembra de árboles de aguacate en Jalisco certificado por el Instituto de Sustentabilidad de la Universidad de Guadalajara.
- Bono de restauración de bosque nativo reforestando el bosque nublado de Las Yungas, en Argentina y Bolivia. Con esta iniciativa, especifican desde la organización que “hasta la edición 2020 se reforestó con 1125 árboles una superficie de 2.25 hectáreas en la reserva de la Biosfera el Ocote, en Chiapas”.
Bahidorá es un festival pegado a la tierra “va más allá de la música y el baile, para ponernos en contacto directo con la naturaleza y la comunidad morelense que cuida del ecosistema que nos recibe edición tras edición. Bahidorá es también un llamado a la armonía, al respeto y, sobre todo, a la responsabilidad; a que la inspiración provocada por la experiencia se extienda en acciones y reflexiones con impacto positivo más allá del Carnaval”, expresan desde la web oficial. Así, el uso de plástico no reciclable está estrictamente prohibido en el festival; se apuesta por la contratación de servicios locales y por las capacitaciones en sostenibilidad e incentivos especiales; el reciclaje es inexcusable, “mientras que en 2015 se reciclaron solo 350 kg de residuos, para 2020 fueron 14.000 kg”; instalación de fuentes de agua potable gratuitas para todos los asistentes; Bahidorá ofrece y promueve alternativas de transporte colectivo al Carnaval con el fin de reducir las emisiones de carbono; reduce la contaminación del río fomentando el uso de cosméticos responsables (que se pueden comprar en el propio recinto del festival). Todo ello le ha valido al Carnaval de Bahidorá ser el primer festival de América Latina en recibir el reconocimiento Green Music Initiative y ganador del fondo Cultura Circular del British Council.
Lollapalooza, Buenos Aires
Lollapalooza es, probablemente, uno de los mayores eventos musicales del mundo, con su ramificación en diferentes ediciones por el globo. La de Buenos Aires no se inmiscuye en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, sino que estos son los que entran en el festival: cada año, ONU Argentina presenta un stand que sirve como altavoz para concienciar a las generaciones sobre la crisis climática. En la edición de 2022, “desarrollamos una actividad diseñada para que los visitantes recorrieran un humedal utilizando gafas de realidad virtual y así entender por qué es urgente la sanción de una ley que regule y conserve estos ecosistemas. Como todos los años desde que generamos la alianza con los organizadores del festival constatamos que nuestra presencia en el Lollapalooza es una excelente manera de llegar de manera masiva a un público joven para generar conciencia e incentivar activismo. Para Naciones Unidas los jóvenes son un foco importantísimo ya que son quienes continuarán el trabajo de nuestra organización y por eso es tan importante que nos conozcan y que generemos cercanía a través de actividades como esta”, expresó Tamar Hahn, Directora del Centro de Información para Argentina y Uruguay.
Este stand se situaba dentro de 'Espíritu Verde', todo un espacio dedicado a “conectar con un estilo de vida saludable, responsable y consciente” en el que, además de la ONU, estuvieron presentes Amnistía Internacional, la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y diversas ONGs.
Como conclusión, destacamos el documento elaborado por la Asociación de Festivales de Música (FMA) en colaboración con el Ministerio de Cultura y Deporte de España y Gabeiras & Asociados. Se trata del informe extrapolable a cualquier territorio: 'Festivales de música y agenda 2030: un plan de acción para la adaptación de los festivales de música a los Objetivos de Desarrollo Sostenible', una guía, un mapa informativo, que aborda diez de los 17 ODS de manera minuciosa y exhaustiva:
- ODS 3: Salud y bienestar
- ODS 5: Igualdad de género
- ODS 6: Agua limpia y saneamiento
- ODS 7: Energía asequible y no contaminante
- ODS 8: Trabajo decente y crecimiento
- ODS 10: Reducción de las desigualdades
- ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles
- ODS 12: Producción y consumo responsables
- ODS 13: Acción por el clima
- ODS 17: Alianzas para lograr objetivos
Como indica la introducción del documento, “los festivales de música son lugares de encuentro, ocio y trabajo que tienen un impacto social, ambiental y económico en la región donde se generan. Estos impactos pueden ser positivos y/o negativos y es importante identificarlos, realizar un seguimiento y establecer planes para mejorar su gestión de cara a contribuir a la creación de una industria más sostenible”. La música une, pero debe hacerlo en un entorno sostenible, diverso, inclusivo y seguro.
