¿Cómo aparcaremos en el futuro?
Si las formas de movernos en la ciudad (micromovilidad, car sharing, vehículos eléctricos, presencia de más ciclovías…) se transforman, también han de hacerlo esos contenedores de coches en los que nuestros automóviles descansan, duermen y se almacenan fuera del paisaje urbano: los aparcamientos. ¿Cómo aparcaremos en un futuro? Esta pregunta pasa por replantearse otra cuestión: ¿qué modelo de ciudad queremos?
Se prevé que el 68% de la población vivirá en zonas urbanas en 2050, lo que significa que dos tercios de la Humanidad residirá en ciudades, tal y como augura el estudio del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas. Este ‘estrés demográfico’ cambiará nuestra forma de movernos en la ciudad. De hecho, hay tendencias sociales y económicas que están modificando el futuro de la movilidad y que dan respuesta (y aportan pistas) sobre esa futura manera de aparcar nuestros vehículos. Tal es el caso de los vehículos autónomos, del perfil de los futuros compradores de coches y del auge del e-commerce.
Las dos primeras cuestiones están intrínsecamente relacionadas. Según un artículo de CDM Smith, compañía de ingeniería y construcción, en donde se analiza el futuro de los aparcamientos urbanos: “Los expertos en transporte están generalmente de acuerdo en que los vehículos autónomos reducirán la cantidad de aparcamiento que necesitamos, aunque los expertos no están de acuerdo en el nivel de reducción. Los indicios expresan que los millennials están menos inclinados a poseer un coche que las generaciones previas”. En cuanto al e-commerce, el auge del comercio online abre dos cuestiones en este debate: la necesidad de mayores centros de logística en el centro de las ciudades y de almacenaje de mercancías y de vehículos de reparto y, por otro lado, ¿veremos acotados los aparcamientos de las grandes superficies comerciales en pos de una mayor venta online?
Este marco general define, grosso modo, pinceladas de lo que será el futuro de las ciudades y, por tanto, el futuro de su movilidad y la necesidad de evolución y conversión de los aparcamientos de vehículos tal y como los conocemos. Todo ello, teniendo como meta el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 11: lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
Las ciudades más punteras ya trabajan en sistemas de digitalización del aparcamiento (el denominado Smart Parking), en reorganizar los aparcamientos subterráneos así como aprovecharlos como zonas logísticas... El futuro de los aparcamientos es que no sean solamente aparcamientos: que sean lugares de apoyo para las urbes y que ayuden a descongestionar el centro de las ciudades.
Entonces, cabe preguntarse, ¿qué papel juegan los aparcamientos en cuanto a movilidad sostenible?
1. La tendencia: reducción de plazas de aparcamientos en la calle
Las ciudades toman medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en sus núcleos urbanos. Por ello, también se han producido procesos de peatonalización de calles y la eliminación progresiva de plazas de aparcamiento callejeras. Quizás, dos de los casos más destacados en España, son la ciudad de Pontevedra y la de Vitoria-Gastéiz; ambas redujeron el tráfico rodado en sus cascos históricos instalando un sistema de aparcamientos subterráneos a las afueras de sus centros.
El aparcamiento en la calle podría convertirse en algo del pasado. Sin embargo, para que esto sea efectivo, los conductores deben saben de manera sencilla y rápida dónde están estas plazas de aparcamiento fuera de la calle o cómo acceder a ellas.
La distribución inteligente de los aparcamientos en las entradas al centro de las ciudades, ahorran tiempo a los conductores, descongestionan la ciudad y ayudan a reducir emisiones. La localización de aparcamientos que permitan la multimodalidad (el uso de varios medios de transporte para llegar a un destino urbano) es fundamental; es decir, que estén bien conectados con otros transportes tanto públicos como de servicios de micromovilidad.
2. La importancia de la información en tiempo real: tecnología, datos e inteligencia artificial.
No hay nada peor que no encontrar aparcamiento. Por eso, aquellos que apuesten por el ‘Smart Parking’, el sistema de aparcamiento basado en tecnología, presentarán una clara ventaja competitiva: a través de una aplicación podremos saber dónde se encuentran estos parkings y cuántas plazas libres quedan. Al acceder, la lectura de la matrícula del coche se hace de manera automática, así como el sistema de pago podrá realizarse a través de la app. Una recopilación de datos en tiempo real que registra no sólo los flujos de tráfico sino también crea un mapa genérico de horas punta y zonas calientes de la ciudad.
Aplicar este sistema de Smart Parking reduce el tráfico un 8%, las emisiones de gases un 40%, los kilómetros que recorre un coche para aparcar un 30% y el tiempo empleado para estacionar un 43% (datos de Libelium, empresa de soluciones basadas en el Internet de las Cosas).
3. 'Reserve su plaza’
El sistema de Smart Parking también puede incluir, como ya ocurre en algunos países, la capacidad de reserva de una plaza de aparcamiento con antelación.
4. Sistemas de car sharing en aparcamientos
Las ciudades deben adaptarse a las nuevas formas de movilidad. Por ello, algunas urbes están implementando espacios concretos para los coches compartidos. De esa manera, los usuarios no solo podrán acceder al vehículo sino tener la seguridad de poder aparcarlo con tranquilidad en cualquier momento.
5. Estaciones de carga para los vehículos eléctricos
De la misma manera que con el servicio de car sharing, los aparcamientos se adaptarán a la mayor presencia de vehículos eléctricos con una mayor red de estaciones de carga. Si los vehículos eléctricos se convierten en la norma, los aparcamientos y las zonas de estacionamiento deberán tenerlo en cuenta y asegurarse de que hay puntos de carga adecuados para que los usuarios los utilicen mientras tienen el coche aparcado.
6. La llegada de los vehículos autónomos: el futuro ya (casi) está aquí
La llegada de los coches autónomos es ya una realidad. Aunque con escasa implantación, marcas como Tesla y su Model 3, presentan una alta autonomía y la capacidad de aparcar sin necesidad de conductor con su sistema de Autopilot. El aparcamiento autónomo podría permitir un mejor aprovechamiento del espacio de aparcamiento, incluso ¿podríamos ver robots que aparcasen por nosotros? Eliminemos el condicional: ya lo podemos ver, por ejemplo, en el Aeropuerto Charles de Gaulle, un sistema que ahorra tiempo a los pasajeros y aumenta la capacidad de aparcamiento del aeropuerto.
En un futuro (no nos atrevemos a decir ‘muy lejano’) el uso de vehículos autónomos podría suponer una menor necesidad de plazas de aparcamiento. ¿Y si los coches autónomos viajan constantemente recogiendo pasajeros? Aunque, por supuesto, los coches seguirían necesitando un lugar donde aparcarse cuando no se usen o cuando necesiten algún tipo de reparación y mantenimiento.
7. ¿Cómo pueden converger estos grandes espacios, por lo general subterráneos, y el boom de entregas de última milla?
Las grandes compañías de aparcamientos buscan ya diferentes formas de adaptarse a las nuevas tendencias de los ciudadanos y de las ciudades: si la máxima es descongestionar el centro de las ciudades y la movilidad eléctrica y sostenible, los aparcamientos pueden convertirse en centros de apoyo para otras actividades.
En una entrevista para Business Insider, los fundadores de Parclink, por ejemplo, hablaban de cómo sus instalaciones podrían convertirse en centros de cross docking (sistema de descarga y entrega de mercancías con un tiempo reducido de almacenamiento; suele darse en productos alimentarios frescos o en prensa diaria) e incluso para entregas de última milla. En un ejemplo extremo, encontramos el caso de la start up estadounidense Reef Technology, que ha empezado a instalar dark kitchens en sus aparcamientos.
Como conclusión, los aparcamientos del futuro no solo han de dar respuesta a las necesidades de los coches y los transportes del futuro, sino también a las peticiones de los ciudadanos y de las ciudades. Son, en definitiva, espacios con grandes posibilidades que acabarán convirtiéndose en centros neurálgicos de las ciudades, ofreciendo servicios a conductores pero también a empresas y a ciudadanos. Los aparcamientos del futuro como hubs de gestión de la movilidad sostenible.