Medellín, ciudad sostenible: el futuro era esto
Medellín no quiere ser una ciudad con árboles, quiere ser un bosque urbano; no quiere ser solo una ciudad conectada, quiere ser una ciudad conectada sin emisiones. ¿Cómo ha conseguido Medellín, una ciudad de tamaño intermedio, ofrecer una de las propuestas más innovadoras y frescas en cuanto a sostenibilidad que se han presentado en América Latina?
En febrero de 2020, la provincia de Antioquia, de la que Medellín es capital, declaró el 'Estado de Emergencia Climática', es decir, asumió su posición vulnerable ante la crisis climática para ponerla en la agencia nacional con medidas concretas. Específicamente, un centenar: las '100 acciones de la Gobernación de Antioquia para enfrentar la emergencia climática'.
Se trata de un amplio marco que abarca la gestión de riesgos así como la movilidad o la agricultura. Entre las medidas, algunas dirigidas, específicamente, a Medellín: aplicación de horarios flexibles y de teletrabajo para ayudar al mejoramiento permanente de la calidad del aire de la ciudad, estructuración del proyecto del primer tren de alta velocidad entre Medellín y Bogotá para reducir las emisiones de carbono producidas por los aviones entre ciudades, estructuración del proyecto del Tren del Río y el inicio de la construcción del Metro de la 80.
Lo comandado por la provincia de Antioquia nació de la pura observación, de la evidencia climática, de los incendios que la habían asolado en verano, de las lluvias torrenciales y de las altísimas temperaturas del verano. Medellín, siendo la capital, se resiente incluso más de fenómenos como el deterioro de la calidad del aire o el desabastecimiento del agua en zonas críticas.
Así, la ciudad diseñó su propio PAC (Plan de Acción Climática), un documento ambicioso, insaciable y que mira al futuro a través de las lentes verdes de la conciencia ecológica. El plan, presentado en 2021, es una hoja de ruta trazada con el apoyo del Grupo de Liderazgo Climático de Ciudades C40. ¿Su principal objetivo? Convertirse en una ciudad carbono neutral de cara a 2050 mitigando las emisiones y poblando de verde las calles.
Este plan se compone de tres escalones: la Mitigación, es decir, el foco en la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero; la Adaptación, la preparación para afrontar los efectos del cambio climático; la Acción Climática Inclusiva, (gobernanza e inclusión social) refiriéndose al reparto equitativo de los beneficios e involucramiento de actores.
Y, para todo ello, un mapa: una cartografía que evalúa el riesgo de cada zona de la ciudad ante inundaciones, lluvias, deslizamientos, incendios, 'efecto de isla de calor urbano'... Una forma de observar las fortalezas y debilidades de cada rincón de la ciudad de un vistazo; un mapa que evidencia las desigualdades sociales en las que también trabaja la ciudad como parte de su carácter sostenible.
“El desarrollo bajo en carbono debe ser comprendido como una oportunidad para la creación de capacidades, el fortalecimiento de la innovación y el cierre de brechas sociales y espaciales. En tal sentido, el Plan de Acción Climática constituye el punto de partida en el propósito de construir ciudad sostenible, resiliente y equitativa, en este sentido, traza los lineamientos de intervención para la reducción de emisiones y construcción de resiliencia para los tomadores de decisión, y los correspondientes PDM, que guiarán el desarrollo económico y social de la ciudad hasta el 2050. La apuesta de Medellín para hacer frente a la crisis global es ambiciosa y, más que a un plan, responderá al trabajo mancomunado entre distintos actores y los aportes de sus ciudadanos y ciudadanas”, reza el comunicado oficial de la Alcaldía de Medellín.
Objetivo: la neutralidad de carbono en 2050
Un bosque urbano
En 2019 Medellín fue galardonada con un 'Premio Ciudad' (otorgado por el Grupo de Liderazgo Climático C40 en la ciudad de Copenhague) por su proyecto de corredores verdes (más de 30, en la actualidad). Y no han parado de sembrar, renaturalizar, devolver las raíces y regenerar la biodiversidad urbana reduciendo el efecto 'isla de calor': “Donde podamos hacer más muros con enredaderas y otras especies de plantas, allí estaremos”, afirmaba el ingeniero forestal Fabio Saldarriaga para la alcaldía de la ciudad. Un gran ejemplo es la labor de renaturalización del Parque del Río, un gran corredor que devolverá el esplendor natural al río Medellín a su paso por la ciudad como eje ambiental y de espacio público. De esta manera, se consigue disminuir hasta en 2 grados la temperatura de la ciudad (en algunos puntos hasta 5º C) así como la reducción en los niveles de ruido y los índices de contaminación en general.
Medellín también desarrolló una aplicación que mapea cada árbol y cada enredadera, una forma de conocer la flora urbana y de vivirla: SAU, Sistema de Árbol Urbano registra “todas las intervenciones requeridas al arbolado, tales como: siembras, mantenimientos, trasplantes, podas y talas”. La transparencia en la ejecución forma parte de la estrategia sostenible de la ciudad.
Movilidad sostenible
En 2015 el transporte fue, para Medellín, responsable del 32% del total de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero. Para 2050 pretende reducir el 28% del total estimado. ¿Cómo? Optimizando la cobertura del sistema de transporte público masivo y colectivo de la ciudad, los procesos logísticos del transporte de carga e incentivando la renovación tecnológica de la flota vehicular, generando la transición y renovación de vehículos privados y de servicio público de combustión fósil hacia vehículos de energía eléctrica; disminuyendo el número de viajes y distancias recorridas por vehículos impulsados por combustibles fósiles a causa de procesos empresariales y corporativos; desarrollando una infraestructura resiliente, segura, confortable e incluyente que permita el crecimiento de los viajes realizados por hombres y mujeres a través de caminatas y bicicletas.
Es decir, facilitando tanto infraestructuras como medios de transporte seguros, de baja o cero emisión, car sharing, ciclovías y espacios adecuados para todo tipo de ciudadano. Esto implica, además, conectar las zonas vulnerables de Medellín al resto de la capital, para que ningún ciudadano se quede atrás o se vea aislado. Para ello, por ejemplo, se trabaja en la instalación de una red de metrocables, de teleféricos, que unen las barriadas periféricas con el centro.
Además, “Medellín cuenta hoy con el primer sistema de transporte masivo en Colombia con 30 vehículos a gas natural, 65 buses eléctricos y 47 padrones a gas. La Alcaldía de Medellín está promoviendo la adquisición de 1.500 vehículos de servicio público con tecnología eléctrica durante los próximos 3 años. Para alcanzar esta meta, la administración abrió una plataforma de registro con el objetivo de que los propietarios de taxis a gasolina puedan inscribirse y recibir un bono para cambiarlos por vehículos cero emisiones”, afirma una nota de la Alcaldía. A ello se suma la humanización de vías, la construcción de carriles-bici seguros y el sistema de bicicletas público Encicla con una gran penetración en todo el área metropolitana.
La innovación, la gran aliada
Medellín quiere convertirse en un nodo de innovación con proyección en toda América Latina. Para ello, se concibió el programa Valle del Software, un plan de desarrollo integral (tanto de la ciudad y su transformación económica como de los ciudadanos, desde su educación a su vida diaria en Medellín) y se construyó Ruta N el centro de innovación y negocios en el que términos como blockchain, inteligencia artificial y robotización están a la orden del día.
Atraer inversión, tecnología y empresas de las nuevas economías es el objetivo llamativo; trabajar en que Internet llegue a todos los ciudadanos, que todos los niños y adolescentes tengan un ordenador desde el que conectarse en su casa o implementar aplicaciones para optimizar la movilidad en la ciudad, son los pequeños grandes detalles que motean la estrategia innovadora de Medellín.
El de Medellín es un ejemplo integrador e íntegro sobre qué supone enfrentarse a la crisis climática: trazar un plan que implique a todas y a todos, incluyendo a las minorías y haciendo especial hincapié en ellas; apostar por la regeneración de espacios y la recuperación de la naturaleza para reducir la temperatura de manera natural; diseñar una movilidad de futuro, intermodal, segura, inclusiva. Transformar el espacio público, construir una nueva ciudad, con el compromiso de la gente.