24 horas con Irene
Hemos pasado 24 horas con Irene Pascual, coordinadora de voluntariado de la ONCE*. Perdió la vista hace 10 años debido a una extraña enfermedad degenerativa. Hemos querido ponernos en su piel y conocer de primera mano las dificultades de una persona con discapacidad visual moviéndose en la ciudad, siendo testigos de sus esperanzas y desafíos. En este reportaje la acompañamos durante una jornada recorriendo las calles de Madrid.
"Me llamo Irene, tengo 36 años y soy mamá de tres niñas. Perdí la vista hace 10 años. Fue culpa de una enfermedad degenerativa, una dolencia rara. Tenía 26 años cuando empezaron los síntomas. Hemos recorrido España buscando una solución. Hemos visitado a todos los médicos. Hemos estado en Barcelona, en Oviedo, pero ya he asumido que perderé la poca visión residual que aún me queda.
Me afilié a la ONCE al poco de quedarme ciega, con 28 años. Desde julio soy coordinadora de voluntariado en la Comunidad de Madrid. Antes vendía cupones en Alcalá de Henares, pero prefiero estar en Madrid que en Alcalá. Es verdad que desplazarse cada día lo hace todo más difícil, pero me gusta mi trabajo en Madrid. Ser coordinadora de voluntariado es una función importante dentro del área de servicios sociales que realiza ONCE. Me dedico a poner en contacto a voluntarios con gente mayor que quiere dar paseos y necesita acompañamiento porque son personas invidentes y necesitan a alguien que les ayude. Me ha sorprendido la cantidad de gente que está dispuesta a ayudar.
La ciudad no es amable para una persona invidente. Siempre te encuentras barreras. En Alcalá, desde hace unos meses han decidido quitar todos los semáforos de la ciudad y para cruzar es una odisea porque te tienes que guiar de oído. Madrid, entre que no me muevo habitualmente por ahí y es más gente y más grande, es muy duro y dificulta orientarse. Y la verdad es que hay muchas obras, aceras levantadas, lo que dificulta todo para una persona ciega. El lado positivo es que el transporte público funciona bastante bien y te permite moverte a casi cualquier sitio de la comunidad con comodidad. Me muevo siempre en transporte público. Metro y tren, autobús alguna vez pero para evitar atascos no es el que más utilizo. A veces utilizo Cabify para desplazarme de mi casa a la estación cuando no hay autobuses urbanos y es muy temprano. Y súper contenta. Porque de noche, a esas horas, 20 minutos caminando por la calle oscura y solitaria da respeto.
5:30 Tengo dos mellizas de 15 años y la pequeña de seis, pero no estoy con ellas por las mañanas porque soy la primera que sale por la puerta. Me levanto a las cinco de la mañana. O bien voy en autobús a Canillejas y de ahí cojo el metro a Chueca o voy a la RENFE que va hasta la estación de Recoletos y de ahí a la calle Prim. Ahora está todo en obras y llegar hasta la oficina se convierte en una odisea. Además, a esa hora es de noche y con la oscuridad veo peor aún. Me molesta que hay aceras levantadas o te encuentras un patinete eléctrico. Espero que cuando terminen las obras todo sea un poco mejor. Aunque el ayuntamiento avisa a la ONCE que va a haber obras, todo es una sorpresa, porque un día aparece una valla a tres metros de la estación y a los pocos días la mueven…
11:30 Mi trabajo sucede con muchas llamadas y mucha gestión. A media mañana, muchas veces bajo a la esquina con Barquillo, que hay un bar que se llama Rocafría y allí tomo café. En la oficina estoy hasta las tres. Como en casa cuando llego, aunque hay dos días en semana que me quedo por las tardes y como en la oficina. En Madrid me gusta caminar por donde no haya gente y eso es complicado, a no ser que te vayas a barrios a las afueras. Hay movimiento por todos los lados y es estupendo que tenga vida pero para mí me gusta transitar donde no haya mucho jaleo porque mucha gente va a su rollo y no se da cuenta de que llevas bastón y se choca contigo. Acabaré teniendo un perro guía, todavía no lo he solicitado, pero me voy haciendo a la idea. Me pasó lo mismo con el bastón. Cuesta resignarte a aceptar que eres invidente.
14:30 Hoy hizo un buen día y hacía buen tiempo - a pesar de la gente y a pesar de las obras. Ha sido agradable caminar, ir al mercado de San Antón, sentir la brisa en la cara y la alegría de Chueca. Cuando termino el trabajo vuelvo en tren a casa, porque es mucho más cómodo. Tengo cierta facilidad para recordar si algo se modifica en mis itinerarios, pero cuando modifican un paso de cebra o una estructura fija se complica. Es frustrante porque te supone un golpe o una caída. Te termina frustrando y enfadando. Nadie se da cuenta muchas veces del peligro que supone para gente con discapacidad visual o alguna otra discapacidad, además que para todo el mundo. Y los semáforos es otro cantar... Es necesario que hagan semáforos sonoros. Hay quien piensa que una persona que ha perdido la vista recuerda para siempre las formas y colores. Pero no es así. Hay cosas que se van olvidando después de 10 años con pérdida de visión. Se te olvidan cómo eran.
19:00 Cuando no estoy trabajando me gusta estudiar. Desde que perdí la vista me he puesto a tope y ahora estoy en el último año del grado de Trabajo Social. El estudiar de adulta me ha costado por la discapacidad visual, aunque me planteo hacer otra carrera en cuanto termine. También me gusta mucho la música. Me gusta el rock. Bandas como Social Distorsion. Antes iba a conciertos, ahora ya no debido a la discapacidad visual, porque la accesibilidad y demás es un lio. En un concierto nadie se da cuenta de si llevas bastón.
Me gustaría recordar que la ciudad es de todos y que debería ser accesible para quienes tenemos nuestras facultades comprometidas. Los alcaldes deberían tener esto presente a la hora de hacer accesibles las calles y los cruces. Al ir por la acera puedes encontrarte un obstáculo y puedes sortearlo, pero al cruzar, están pasando los coches y no puedes ir a la aventura. Si no tienes la certeza de que van a parar, es todo un atrevimiento. Caminar por una ciudad segura y amable no debería ser un sueño, sino una realidad."
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*La ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles) es una organización de carácter social y sin ánimo de lucro que tiene como fin mejorar la calidad de vida de las personas ciegas o con alguna discapacidad visual.