Cómo las últimas tecnologías pueden servir para compensar la huella de carbono
Miles de hectáreas en la selva de Perú se han salvado de la deforestación gracias a la apuesta de distintas empresas por el blockchain para compensar sus emisiones
Reducir los gases de efecto invernadero para combatir los impactos negativos del cambio climático es una prioridad global. Alrededor del 12% de estas emisiones de carbono proceden del transporte por carretera. De ellas, alrededor del 75% se origina en las ciudades y grandes núcleos urbanos, advierte Naciones Unidas. Por eso, en contra de lo que muchos piensan, las ciudades forman parte de la solución al calentamiento global. En este contexto, avanzar hacia una nueva movilidad descarbonizada es esencial.
Conscientes del enorme reto que tienen por delante, muchas empresas ya se han puesto manos a la obra. Se estima que, para cumplir los Acuerdos del Clima de París – firmados para evitar un aumento de la temperatura global media del planeta por encima de los dos grados – hay que invertir un billón de dólares (más de 840.000 millones de euros) anuales. Ante esta tesitura, desde grandes corporaciones a pymes han recurrido a la tecnología para compensar su huella de carbono, es decir, la cantidad de emisiones de CO2 que liberan a la atmósfera debido a su actividad.
Una de las herramientas más eficaces para hacer un seguimiento de esta huella es el blockchain, una tecnología que garantiza la veracidad y la agilidad de las operaciones en Internet. Esta seguridad se ofrece gracias a un registro compartido por millones de ordenadores conectados, donde se inscriben y archivan las transacciones de dos partes de manera verificable, permanente y anónima sin necesidad de intermediarios. Más allá de las criptodivisas y las monedas digitales, esta tecnología de almacenamiento y transmisión de datos está ganando cada vez más enteros entre otros sectores de la economía como el financiero y el de la logística. Lo sabe bien la fintech española Climate Trade, una de las pioneras en el desarrollo de esta herramienta tecnológica.
A través de un marketplace basado en blockchain, Climate Trade ayuda a otros negocios e iniciativas a alcanzar sus objetivos de sostenibilidad mediante la compensación de emisiones de CO2 y la financiación de proyectos contra el cambio climático. “El blockchain proporciona total transparencia y trazabilidad en cada transacción, y agiliza el proceso. De esta manera, garantiza que los fondos invertidos en la compensación de huella de carbono lleguen realmente al destinatario final”, explica uno de sus responsables, José Lindo.
Hacer frente al cambio climático es la principal prioridad de esta fintech. Para ello, promueve los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsados por Naciones Unidas en su Agenda 2030, sobre todo los relacionados con la acción por el clima, igualdad de género, vida de ecosistemas terrestres, el trabajo decente y el crecimiento económico.
Entre las compañías que han recurrido al blockchain y a la ayuda de Climate Trade para neutralizar su huella de carbono se encuentra Cabify. Desde 2018, hemos compensado más de 310.000 toneladas de CO2 – equivalente a la protección de 12 millones de árboles en la selva amazónica – a través de distintos proyectos de protección medioambiental. Uno de ellos es el denominado Madre de Dios Amazonía, que se desarrolla en la selva de Perú. En la iniciativa también colaboran la ONG Bosques Amazónicos – especializada en la conservación, protección, recuperación y manejo sostenible de bosques tropicales – y la Federación de Castañeros de Madre de Dios con una idea compartida: proteger 500.000 hectáreas de terreno para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y el valor de sus bosques, considerados el pulmón del planeta.
La presión de la tala ilegal ha colocado en el punto de mira a esta zona habitada por comunidades locales, cuya existencia está muy arraigada a este territorio repleto de vida. El plan también prevé facilitar oportunidades de empleo verde a los habitantes de esta inmensa zona selvática, implementar un sistema de vigilancia que permita la detección temprana de riesgos de deforestación y proporcionar el acceso a puestos de trabajo a los concesionarios locales de castaña. Esta especie de árbol tiene una enorme importancia para el medioambiente, ya que capturan cantidades enormes de CO2.
El proyecto Madre de Dios Amazonía cubre un área de selva equivalente a la superficie de Portugal y, hasta ahora, Cabify ya ha contribuido a proteger más de 5,3 millones de árboles. Esta cifra equivale a unas 1.800 hectáreas de bosque tropical nativo que se ha salvado de la deforestación. También se ha podido monitorizar a un total de 35 especies animales en peligro de extinción. Asimismo, se han creado casi 500 empleos, todos ellos nacionales, y se han protegido a las comunidades nativas Yine y Huitoto.
“Si una persona viaja en Cabify o un conductor colabora con nosotros en cualquiera de los ocho países en los que estamos, estará ayudando a preservar una parte de la selva amazónica”, recuerda el fundador y consejero delegado de la compañía, Juan de Antonio. Una actitud responsable y comprometida con el futuro del planeta.