Cómo combatir las emisiones desde los bosques de Colombia
Pequeños propietarios de hectáreas boscosas de las provincias colombianas de Antioquia y Caldas se incorporan al mercado de carbono a través de un proyecto asociativo de reforestación
Acciones tan cotidianas como conducir un coche diésel o gasolina, comprarse unos pantalones o rellenar la despensa contribuyen a la emisión de dióxido de carbono y de otros gases de efecto invernadero a la atmósfera. Es lo que se conoce como huella de carbono, que es el concepto que se utiliza para cuantificar el impacto de una actividad, una persona o un país en el cambio climático.
Hace ya tiempo que las empresas son conscientes del problema y han tomado diferentes medidas para avanzar hacia las cero emisiones netas, y evitar así que la temperatura del planeta suba 1,5 °C antes de que acabe el siglo.
Una de las medidas paliativas para alcanzar esta meta, tras reducir al máximo las emisiones en origen, es la compensación de la huella de carbono, que consiste en neutralizar estas emisiones de CO2. Para llevarlo a cabo, la empresa en cuestión aporta de forma voluntaria una cantidad económica, en forma de crédito de carbono, que es proporcional a las emisiones que genera la compañía en su actividad. Este crédito se destina a un proyecto –por ejemplo, de reforestación– que capture cierta cantidad de CO2 que genera la empresa.
Su funcionamiento es relativamente sencillo. Las compañías que emiten los gases contaminantes facilitan el dinero a las entidades que desarrollan los créditos de carbono, que a su vez -por norma general- contratan a trabajadores locales para llevar a cabo los proyectos en países en vías de desarrollo. Por lo general, el 70% de este crédito se dedica a pagar a este personal. El resto se destina a gastos operacionales, que suelen estar relacionados con ingeniería técnica o ambiental para la correcta ejecución de los trabajos.
Desde 2018, Cabify participa en distintas iniciativas medioambientales en diferentes países de Latinoamérica para compensar su huella. Una de ellas es el Proyecto Asociativo Programático Zona Andina y Costa Atlántica, que se desarrolla en Colombia. Se trata de un ambicioso plan de reforestación que ayuda a pequeños y medianos propietarios de extensiones forestales a incorporarse al mercado de carbono.
Los costos de formulación, de registro y de transacción que supone esta operación son muy elevados, lo que los hace inasumibles para estas compañías más modestas. Pero el planteamiento asociativo de este plan sí les permite participar. En la primera parte del proyecto ya se han sumado 38 pequeños reforestadores de 29 municipios ubicados en las provincias de Antioquia y Caldas. De esta manera, pueden contribuir activamente a compensar los efectos del cambio climático bajo un esquema regulado, mejorar los indicadores de las empresas compradoras de los bonos de carbono y ayudar a Colombia a alcanzar sus metas de mitigación de gases de efecto invernadero.
Los expertos de la compañía colombiana Forestry Consulting Group explican a los reforestadores cómo obtener los bonos de carbono y capitalizarlos. Por otro lado, el enfoque de asociación del proyecto permite exportarlo a distintas zonas geográficas del país. “A través de un modelo asociativo, hemos ayudado a pequeños reforestadores, que suelen poseer de tres a diez hectáreas, que ni sabían de la existencia de este tipo de iniciativas”, explica el director Forestal de Forestry Consulting Group, Paulo Fernández.
Tras cartografiar las fincas y analizar las áreas a través de satélites, personal cualificado lleva a cabo la medición forestal. Las herramientas, de alta precisión, garantizan que la cuantificación de carbono necesaria para certificar los proyectos sea exacta y rigurosa.
Los beneficios de este proyecto repercuten en la economía local, ya que las empresas pueden monetizar los bonos de carbono. Además, la actividad forestal que implican las tareas de reforestación (siembra, mantenimiento, podas, entresacas...) crea más puestos de trabajo que la ganadería, y la mayor parte de los empleos los llevan a cabo vecinos de la zona. Esta reforestación, a su vez, genera madera que permite autoabastecerse a las comunidades locales, que pueden suplir mejor sus necesidades.
El plan también reporta importantes ventajas a nivel medioambiental, ya que se recuperan hectáreas muy degradadas o marginales y ayuda a proteger la biodiversidad. En muchas ocasiones, las plantaciones de cedro rosado de la India y ciprés, que son las especies que frecuentemente se utilizan en la reforestación, favorecen la creación de un microclima idóneo para albergar fauna. Estos árboles mejoran y embellecen el paisaje. Y ayudan a regular las fuentes hídricas, al favorecer la infiltración del agua de lluvia. Todo ello evita la erosión del terreno y la pérdida de nutrientes.
Otro plan similar es el proyecto forestal de mitigación de gases de efecto invernadero Carbono Ganados y Bosques, localizado en el municipio de Necoclí, en la provincia colombiana de Antioquia. Con un horizonte de 20 años, su objetivo es reforestar antiguas tierras ganaderas. Estas nuevas plantaciones mejoran la calidad del suelo y las fuentes de agua, lo que aumenta la productividad y calidad del ganado. También genera empleo en las comunidades locales y ha incentivado la economía en esta región. A nivel medioambiental, permite conservar los recursos naturales de la zona, así como la biodiversidad de los sistemas ganaderos. Además de contribuir a la captura de carbono, mejora los suelos y los recursos hídricos y hace que la tierra sea más productiva.
Tecnología blockchain en el proceso
La tecnología blockchain permite la transacción de estos créditos de carbono –conocido con el nombre de tokens– de una forma muy fiable y transparente. La fintech española Climate Trade es una referencia internacional en el desarrollo de la tecnología blockchain. Esta startup proporciona a las corporaciones que lo solicitan esta venta individual de créditos de carbono, y certifica la huella de carbono generada por cada uno de sus clientes.
Además, Climate Trade ha desarrollado una API (interfaz de programación de aplicaciones) para que sus clientes vendan sus productos ya compensados, sin que contaminen. Es una manera de que las empresas alcancen sus objetivos de sostenibilidad mediante la compensación de emisiones de CO2 y la financiación de proyectos contra el cambio climático. Una de las compañías que han recurrido al blockchain y a la ayuda de Climate Trade para neutralizar su huella de carbono es Cabify.
Una iniciativa más a favor del planeta y que demuestra el compromiso de esta empresa de movilidad por el medioambiente, la economía de las comunidades locales y el respeto a la biodiversidad.