¿Qué es un ecobarrio y dónde encontrarlo en el mundo?
Cada barrio es un microcosmos efervescente que evoluciona y hace evolucionar a las ciudades. El concepto de barrio siempre se encuentra en construcción y es una fuente de identidad individual y colectiva, sirviendo como un frente cultural y de transformación. Es por eso que entre los urbanistas y arquitectos del mundo el barrio es el foco del cambio: es el campo de pruebas de la ciudad del futuro y el lugar en el que implementar medidas para minimizar el impacto medioambiental. Así nace el concepto de ecobarrio, la alternativa sostenible que necesitamos.
¿Qué características definen a un ecobarrio? “La concepción de la ciudad como un conjunto de piezas a la vez interconectadas y con un alto grado de autonomía, que funcionan como escenario cotidiano de articulación entre lo local y lo global, por una parte, y la idea de la regeneración ecológica de la ciudad como marco fundamental de actuación, por otra, son los dos pilares fundamentales sobre los que descansa la idea de ecobarrio”, según el urbanista Carlos Verdaguer.
En esencia, se trata de un barrio fundado en la sostenibilidad ambiental (a nivel transporte, ocupación de territorio, ciclos de energía, materiales...), sostenibilidad social (siendo diverso, participativo, concienciado, con capacidad de adaptación y de asociación) y en un modelo urbano autónomo pero conectado, de distancias cortas y con diversidad de usos (residencial, equipamientos y empleo).
Los ecobarrios, promovidos por urbanistas pero también por asociaciones de vecinos, responden a la crisis climática sin renegar de la ciudad. Estos ejemplos lo demuestran:
La Pinada, Valencia
Este ecobarrio valenciano es el resultado del sueño de sus futuros habitantes; un proyecto colaborativo (de unos 400 futuros vecinos y más de 20 expertos que guían el proceso) que, todavía en fase de construcción, pretende convertirse en “un extraordinario barrio para todas las personas. Un lugar saludable, vivo, donde formar parte de una comunidad dinámica”.
La Pinada, a menos de 10 minutos del centro de Valencia, se encuentra bien comunicada con el centro de la ciudad así como con zonas comerciales e industriales. La idea nació en 2017 y toma el nombre de las 25 hectáreas de pinadas entre las que vivirán sus vecinos. El objetivo: diseñar espacios, gestionar de manera eficiente los recursos y conseguir así el bienestar de una comunidad diversa, inclusiva y en la que convivan diferentes generaciones.
Con respecto a sus retos ecológicos, pretenden reducir a menos del 50% las emisiones de CO2 respecto a una edificación estándar a través de una reducción relevante del consumo de energía, reduciendo la demanda y apostando por las renovables; gestionar los ciclos de agua reduciendo su consumo en un 60% respecto al consumo tipo en España; diseñar la circulación para peatones y ciclistas, ofreciendo transportes compartidos en los desplazamientos metropolitanos; repartir los servicios y el comercio entre las diferentes comunidades del barrio haciéndolas accesibles sin tener que recurrir a vehículos motorizados (es decir, el famoso concepto de la 'Ciudad de los 15 minutos' de la alcaldesa parisina Anne Hidalgo).
Barrio de San Antonio, en Colombia
San Antonio (en Cali, Colombia) es considerado el primer ecobarrio de Latinoamérica. El proyecto nació en 2017 tras un diagnóstico sobre las mejoras que necesitaba el barrio en materia de sostenibilidad y se cristalizó en 2019, cuando recibió el sello 'EcoQuartier' -implementado por la embajada del gobierno francés- que busca incentivar el desarrollo de comunidades sostenibles y ecológicas en el mundo.
San Antonio cuenta con unos 3500 habitantes y para reducir su huella ecológica impulsó la creación de más espacios verdes, incentivó el uso y cuidado de las más de 380 huertas vecinales, mercados orgánicos, energías renovables y limpias como la instalación de 32 paneles solares y 40 composteras y la recuperación del agua de las lluvias.
Para ello, más de 40 acciones se organizan en cuatro grandes iniciativas: San Antonio caminable (centrado en la peatonalización, la mejora de los sistemas de transporte público, la mejora de la accesibilidad peatonal inclusiva...), San Antonio verde y azul (todo lo que tiene que ver con agricultura urbana, compostaje y capacitación de los vecinos en temas de desarrollo sostenible), San Antonio Armonioso (en relación con la calidad de vida y la cohesión social de los residentes así como de la sensibilización sobre el uso de los recursos naturales) y San Antonio patrimonio caleño (iniciativas que ahondan en el mayor y mejor conocimiento del patrimonio del barrio y que apuestan por el turismo sostenible).
Supermanzanas de Barcelona
El programa Superilles nació como parte del Plan de Movilidad Urbana de la ciudad de 2013-2018 y, a día de hoy, sigue vigente la creación de Supermanzanas por los diferentes distritos de la ciudad. ¿Qué es una Supermanzana? Se trata de acotar grandes espacios de 400x400 metros (unos nueve bloques de edificios y sus calles) en los que se reduce hasta un 60% de tráfico del área, creando espacios verdes y de encuentro para los vecinos con el objetivo de "mejorar la habitabilidad de las calles, la prioridad de los modos de transporte más sostenibles, la mejora en el uso de los recursos (agua, energía, residuos) y el fomento del tejido social".
Hostafrancs, La Maternitat i Sant Ramon, Eixample, Sant Gervasi de Cassoles, Camp del Grassot i Nova Gràcia, Poblenou, , Horta, Sagrera-Navas... son las supermanzanas barcelonesas. Y continuarán. Todas son ejemplos de cómo una gran ciudad como Barcelona se puede y se debe oxigenar. ¿Cómo? Cambiando el asfalto por vegetación, peatonalizando y reduciendo a 10 km/h la velocidad máxima de circulación en la zona, construyendo más plazas y espacios públicos de encuentro, ensanchando aceras, instalando bancos y mobiliario urbano...
El Ayuntamiento de Barcelona trabaja también en una serie de proyectos piloto que estudian la generación de energía sostenible y la enseñanza de las nuevas tecnologías a la población envejecida para disfrutar de la ciudad de la manera más inclusiva. Además, apuesta por "la calle del siglo XXI" , una vía que fomenta la vida en el exterior, que innova en cuanto a infraestructura ambiental y que reactiva y estimula el comercio de proximidad.
Villa 4 Álamos, Chile
Al igual que el caso valenciano, la iniciativa 'Ecobarrio' chilena parte de una iniciativa vecinal. Villa 4 Álamos es una barriada de Maipú. Allí, hace casi ya 20 años, los locales se manifestaron en contra de la tala y destrucción de un área boscosa de más de 100 árboles. Ese fue el inicio de una unión de todos los vecinos por la sostenibilidad y el equilibrio ecológico de la zona y la piedra fundacional del primer ecobarrio chileno.
A partir de este momento, la Junta de Vecinos tomó la vara de mando para tomar las decisiones sobre su entorno inmediato: “Entendemos como 'ecobarrio' a una comunidad que se organiza para mejorar la calidad de vida y cuidar el medio ambiente, siendo los pilares: las relaciones humanas, educación ecológica y creación de redes de organizaciones y personas comprometidas por el cambio del modelo vigente. Hay que aclarar que no es una suma de plazas y un conjunto de energías alternativas o elementos de acopio para el reciclaje”.
BedZED, en Sutton
El arquitecto Bill Dunster fue el encargado de dar forma a un ambicioso sueño que ocupa actualmente más de 3000 m2 de superficie al sur de Londres. Se trata de BedZED (The Beddington Zero Energy Development), el barrio diseñado para el consumo cero de energías fósiles, el aprovechamiento de recursos hídricos, el uso inteligente del clima, las edificaciones de materiales reciclados... y, en conclusión, para una vida consciente con la naturaleza y la crisis climática.
En BedZED cada casa, construida con materiales de proximidad, está pensada para aprovechar los beneficios naturales, desde su orientación a la instalación de placas solares, sistemas para guardar el agua de la lluvia así como el uso de materiales aislantes que reducen al máximo el gasto de energía del hogar... sin olvidar las terrazas y/o jardines con los que cuenta cada vivienda.
Pero este ecobarrio es más que una zona residencial resiliente y autosuficiente: las viviendas se funden con los espacios de trabajo y con diferentes empresas así como con áreas de esparcimiento libres de tráfico rodado (los coches cuentan con aparcamientos en la periferia del ecobarrio); se impulsan iniciativas de car-sharing para desplazarse al área metropolitana y se instalan cargadores para coches eléctricos en cada casa. Sin olvidar las rápidas y sencillas conexiones de medios de transporte público entre BedZED y el centro de Londres.
Sostenibilidad, reducción de huella de carbono, vegetación robusta, buenas conexiones... y comunidad. Los ecobarrios están llamados a ser la definición de una ciudad verde. Serán, también la forma de vivir con conciencia medioambiental y de generarla entre sus vecinos.