Smart cities: tres ciudades que están contribuyendo a la descarbonización con la movilidad inteligente
SANTIAGO DE CHILE
No importa qué estudio sobre ciudades inteligentes se consulte porque Santiago de Chile siempre aparece situada entre los primeros puestos en Latinoamérica. En la capital chilena se lo toman tan en serio que tienen un programa específico dedicado al tema: el Sé Santiago Smart City, que se enmarca dentro del Plan Nacional Chile Inteligente, trabaja para fortalecer el ecosistema de innovación y emprendimiento.
Entre sus ejes de análisis se encuentra la movilidad y el desarrollo de iniciativas que permitan mejorarla gracias a los datos obtenidos del uso de la tecnología. Es el caso, por ejemplo, de WeGou. Se trata de una plataforma SaaS (Software como un servicio) para optimizar la movilidad de empresas y barrios y comunidades.
Así Wegou Empresas permite integrar la movilidad smart en las compañías. Utiliza una aplicación móvil y un dashboard con los que optimiza los viajes internos, reduciendo los trayectos duplicados en horario laboral y proporcionando en tiempo real KPI de movilidad sobre la huella de carbono y la reducción de gastos por colaborador, por departamento y el total de la empresa.
En el caso de los barrios y comunidades, Wegou Comunidad se convierte en un punto de encuentro para los usuarios de opciones de movilidad alternativa. La aplicación móvil ofrece en tiempo real información del tráfico urbano, la geolocalización de bicicletas públicas y ciclovías, así como de scooters, de servicios vecinales de carpooling y de empresas de carsharing. También permite consultar la reducción de huella de CO2 por usuario.
Otro ejemplo de movilidad eficiente fruto de la colaboración público-privada y de la utilización del big data y la tecnología es la progresiva electrificación de la red de autobuses de Santiago de Chile. El trabajo conjunto de Enel X, el fabricante de vehículos eléctricos BYD Chile y la Metbus, empresa chilena operadora de transporte público, ha permitido que por las calles de la capital del país cada vez circule un mayor número de autobuses eléctricos. El acuerdo alcanzado incluye el suministro, la instalación, la gestión y el mantenimiento de los vehículos eléctricos y de sus sistemas de carga.
Emplean el big data para optimizar las líneas y frecuencias en función de la afluencia de viajeros en tiempo real, cuentan con una autonomía de 250 kilómetros, se cargan completamente por la noche, el ruido es significativamente menor, incorporan aire acondicionado, disponen de wifi, de puestos de carga USB y los billetes se adquieren con sistemas digitales.
Las paradas de las líneas también se modernizan, funcionan con energía solar, usan iluminación LED en las zonas de espera y se convierten en inteligentes al estar equipadas con cámaras de seguridad, pantallas donde obtener información específica y puntos de recarga para bicis eléctricas, favoreciendo así la combinación de transportes.
Tras su implementación, además de la reducción de emisiones de CO2 al cambiar los combustibles fósiles por un suministro que espera lograr la certificación de 100% renovable, también se observó una disminución de hasta un 70% en los costes gracias, entre otros, al control inteligente de la gestión de carga en tiempo real, a la mejora de la eficiencia en la conducción y a la reducción de costes del mantenimiento.
BOGOTÁ
En 2020, el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones de Colombia aplicó su Modelo de madurez en ciudades y territorios inteligentes en 61 municipios del país para medir la situación de cada uno de ellos en el proceso de transformación digital. En él se analizaba la situación y la percepción que los habitantes tienen de aspectos como la calidad de vida, la gobernanza, el desarrollo económico, el hábitat, el medio ambiente y la vida en sociedad. Bogotá se situó en el primer puesto, y la calidad ambiental y la infraestructura inteligente aparecieron como dos de los aspectos mejor valorados.
Y es que la capital colombiana lleva tiempo trabajando en su revolución verde. Una de las acciones de su plan de desarrollo Nuevo Contrato Social y Ambiental para la Bogotá del Siglo XXI que ya se está llevando a cabo es la plantación de 800.000 árboles en la ciudad. Monitorizar su avance es posible gracias a la tecnología. Concretamente a SIGAU (Sistema de Gestión y Administración del Arbolado Urbano) que, en tiempo real, permite ver en qué barrios de la ciudad se van plantando, las especies más usadas, el sistema de emplazamiento utilizado…
Por otro lado, Bogotá se encuentra trabajando en la implementación de otro de los propósitos del Nuevo Contrato Social, el de lograr un modelo de movilidad multimodal, incluyente y sostenible. Según la última Encuesta de Movilidad, que data de 2019, el tiempo medio de desplazamiento en la ciudad asciende a 53.9 minutos para quien se mueve en taxi, 55.4 para quien lo hace en automóvil y 82.1 si se usa el TPC (Transporte Público Colectivo)-SITP (Sistema Integrado de Transporte Público).
Reducir estos tiempos, disminuir el tráfico de vehículos, tomar decisiones que mejoren la movilidad y, por tanto, cumplir con el objetivo del Nuevo Contrato Social pasa, entre otras cosas, por utilizar la tecnología. Ahí es donde entra en juego el Sistema Inteligente de Transporte y su Centro de Gestión de Tránsito (CGT), donde se integran la tecnología y la innovación necesarias para gestionar de una manera más eficiente el tráfico de la capital colombiana.
Entre la tecnología utilizada por el CGT se encuentran sensores WiFi – Bluetooth, de bicicletas y de vehículos instalados en la ciudad con los que se pueden determinar aspectos como la cantidad de vehículos en circulación, volúmenes, origen, destino, velocidades… lo que sirve, entre otras cosas, para afinar en la toma de decisiones relativas a la gestión del tráfico y plantear futuros planes de mejora de la movilidad. También cuenta con un circuito cerrado de televisión, herramientas geolocalizadas o una plataforma única de visualización para acceder a toda la información recolectada. En su primer año de funcionamiento, que se cumplió a finales de 2017, ya había recolectado más de 200 millones de datos de movilidad.
La ciudad también dispone también de un Sistema Integrado de Información en Movilidad Urbano Regional (SIMUR) para que los ciudadanos, a través de su web o de la app disponible para Android e iOS, puedan acceder en tiempo real a información sobre cortes de calles, mapas, datos abiertos, permisos de conducir… que les permitan tomar la mejor decisión para su desplazamiento.
MÁLAGA
En los últimos cuatro años, Málaga ha planificado y desarrollado más de 80 acciones orientadas a hacer de la ciudad un lugar más sostenible y con una mejor calidad de vida, según se explica en el informe Málaga, ciudad sostenible que elabora el propio Ayuntamiento. Las energías renovables, la eficiencia energética, la movilidad eficiente y, como smart city, el empleo de la tecnología en entornos urbanos constituyen algunos de los ejes en torno a los cuales han trabajado.
Ejemplo de ello es la iniciativa CENTESIMAL (Centenas de Edificios y Sensores Inteligentes de Málaga). Su desarrollo implica la instalación de dispositivos IoT (Internet of Things) con los que se "tejerá" una malla de telecomunicaciones que cubrirá prácticamente toda la superficie de la ciudad. Con ella, entre otras cosas, se podrá mejorar la movilidad, tanto de vehículos como de personas, en Málaga.
Y es que esta malla de dispositivos permitirá localizar los puntos de recarga de vehículos eléctricos y las plazas de aparcamiento; utilizará pantallas situadas en edificios para proporcionar información de los horarios de salida del transporte público cercano, sus destinos y dónde se encuentran las paradas; se podrá regular el tráfico de la ciudad cuando tengan lugar grandes eventos, especialmente en los momentos previos y posteriores a su celebración; y se podrá controlar la afluencia de vehículos en las terminales de transporte.
Santiago de Chile, Bogotá y Málaga son ejemplos de cómo la colaboración público-privada en el manejo de datos y de la tecnología puede ponerse al servicio de las ciudades para gestionar de una forma más eficiente su movilidad. El resultado son urbes más inteligentes y también más habitables gracias a la reducción de las emisiones de CO2 y otras partículas, a la mitigación de la contaminación acústica y a la disminución de los tiempos de desplazamiento.