Ciudades para todos: por un futuro accesible e inclusivo
La pandemia ha provocado que miremos a las ciudades de manera crítica (más, si cabe). ¿Qué falla en ellas? ¿Qué les exigimos? ¿Por qué es imperativo que los espacios sean para todo tipo de ciudadanos? El confinamiento y la crisis global abrieron los ojos de un habitante que vivía en sempiterna duermevela dejándose llevar por los ritmos intrépidos de la urbe.
La ciudad es el presente y será el futuro: “Se prevé que el 68 % de la población vivirá en zonas urbanas de cara a 2050”, reza un estudio del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas. Esto significa que dos tercios de la humanidad residirán en áreas urbanas, anunciando un reto al que debemos hacer frente desde el presente.
¿Cómo preparar las ciudades ante este 'estrés' demográfico? Naciones Unidas dedica uno de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (en concreto, el número 11) a “lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles”. Entre las metas de este Objetivo, tres mencionan el concepto de inclusión: una, tiene que ver con el asegurar el acceso a sistemas de transporte seguros para todos “prestando especial atención a las necesidades de las personas en situación de vulnerabilidad, las mujeres, los niños, las personas con discapacidad y las personas de edad”; otra, con el acceso universal a “zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles, en particular para las mujeres y los niños, las personas de edad y las personas con discapacidad”; y la tercera meta, con la necesidad de aumentar considerablemente “el número de ciudades y asentamientos humanos que adoptan e implementan políticas y planes integrados para promover la inclusión”.
Varias asociaciones trabajan ya en ello, implementando planes de acción concretos adaptables a cualquier tipo de ciudad. Es destacable el caso de Cities4All (“ciudades para todos”), campaña global gestionada por World Enabled que construye los cimientos básicos para que las ciudades sean inclusivas y accesibles. Para ello, su completa web presenta documentos, hojas de ruta y estrategias concretas para “fomentar el aprendizaje entre iguales mediante el desarrollo de material de enseñanza accesible en línea y la narración de historias”.
Víctor Santiago Pineda, creador de la Fundación Pineda (que promueve los derechos y la dignidad de las personas con discapacidad) y Presidente de World Enabled, sentencia en el documento del Training Program de la campaña : “Todos sufrimos cuando se nos niegan nuestras libertades fundamentales, cuando se nos vedan opciones, y cuando no se nos da la oportunidad de ejercer nuestros derechos. La discapacidad es una experiencia negativa cuando se nos priva de nuestras capacidades”.
¿Qué barreras nos impiden garantizar que una urbe es, en verdad, para todos? Cities4All centra su discurso en seis grandes apartados: la no discriminación, accesibilidad, participación, políticas y programas urbanos inclusivos, desarrollo de capacidades y datos para el desarrollo. Y tiene un ambicioso objetivo como bandera de su actividad: “involucrar a un amplio abanico de partes interesadas para que nos ayuden a incentivar y transformar 100 ciudades para que sean más inclusivas, accesibles y resilientes de aquí a 2050”.
Pero, ¿en qué punto se encuentran nuestras ciudades en cuanto a inclusión? ¿Qué medidas son urgentes? “Debemos creer en el hecho que todos tenemos unas particularidades más allá de lo que entendemos conceptualmente como discapacidad. En mi caso, por mi condición de ciego, siempre digo que lo más difícil no es entrenar, sino llegar hasta el entrenamiento. Por eso, vivir cerca de una buena zona para entrenar y tener un buen acceso al transporte público es primordial. Además, hay servicios como el de Cabify, que cuenta con una plataforma accesible y esto hace que todo sea mucho más sencillo”. Habla José Luis “Jota” García, el triatleta que debutó este año en sus primeros Juegos Olímpicos: “Para mí, el deporte es una forma de vida y no entiendo un día sin deporte. Es la manera de sacar mi mejor versión”.
Tras su paso por la Villa Olímpica, se prepara para empezar el Road to Paris 2024, además de haber fundado un Centro Especial de Empleo llamado Helployee “con el objetivo de dar servicios a empresas para mejorar el salario emocional de sus trabajadores, cumpliendo con la Ley General de Discapacidad (LGD) a través de un equipo que busca la excelencia y que se encarga de hacer ver que la discapacidad es un valor añadido a la experiencia profesional. Se trata de grandes fisioterapeutas, psicólogos, coaches deportivos y motivacionales que tienen ganas de revolucionar el mundo de la discapacidad y sueñan con que la inclusión no sea una meta, sino el final de una etapa”.
La ciudad del futuro y la inclusión radical
Incluir también implica que las personas con discapacidad formen parte de la discusión y del relato de la ciudad del futuro (con iniciativas como Helployee) y esto precisa de la participación directa e inexcusable de las autoridades. Es decir: “Ya no es suficiente hablar de inclusión, ahora es necesario hablar de inclusión radical. Esto significa que los gobiernos deben implementar políticas públicas ágiles cuya flexibilidad y adaptabilidad permita a la sociedad renovarse junto con los retos que enfrenta” (definición extraída del informe sobre Inclusión Radical del World Economic Forum).
Así, el papel de los poderes locales en materia anticapacitista, es uno de los puntos débiles que destacan desde Cities4All. Todo un reto que pretenden atajar “potenciando el liderazgo intelectual de los alcaldes; mejorando el intercambio de best practices entre ciudadanos, gobiernos, organizaciones, instituciones y profesionales; proporcionando asistencia técnica a las ciudades y a los gobiernos nacionales así como investigaciones innovadoras y de vanguardia; desarrollando estrategias conjuntas de promoción a nivel mundial”.
La comunicación y el intercambio de ideas como base fundamental de actuación: el aprendizaje, en cuestión de inclusión, no cesa nunca. Para ello, el uso de la tecnología y del Internet de las cosas es fundamental: “La movilidad tiene que ser dinámica y adaptarse a todo tipo de personas y, por suerte, la tecnología nos regala múltiples opciones. Hoy en día es mucho más fácil ser ciego gracias a la tecnología, aplicaciones... Los medios de transporte y los edificios son cada día más accesibles gracias al avance tecnológico”, apostilla Jota.
Las ciudades están sometidas a una presión urbanística sin precedentes. Garantizar que este desarrollo urbano sea inclusivo y responda a los derechos de todas las personas, implica hacer frente a los fenómenos de exclusión social, a la discriminación y a la marginación. Pero también “a las barreras medioambientales, infraestructurales y de actitud que plantean retos importantes para la construcción de ciudades inclusivas que proporcionen un acceso igualitario para que todos puedan vivir una larga y próspera vida en las zonas urbanas. Para lograrlo, debemos tratar de comprender qué es la discapacidad y cómo afecta a las personas para participar e interactuar plenamente con los servicios a los que necesitan acceder”.
En conclusión, para avanzar hacia la ciudad inclusiva del futuro se deben identificar (y admitir) las barreras existentes del presente; agitar las conciencias de los gobiernos locales para que estos aseguren una auténtica participación en la materia, escuchando, comprendiendo y sensibilizando; aprovechar los beneficios de las tecnologías digitales en cuanto a data pero también en cuanto a servicios... y tener como objetivo una inclusión radical, en la que desaparezcan las barreras sociales, físicas e institucionales.
“Yo creo mucho en las personas y, para mí, la ciudad ideal sería aquella donde las personas son capaces de empatizar con el vecino y así entender las distintas necesidades que tenemos cada uno. Puede ser un pensamiento demasiado idealista, pero creo que si las generaciones futuras tienen la sensibilidad suficiente, las barreras arquitectónicas existentes desaparecerán gracias a que las personas que tomen decisiones relevantes en este sentido, tendrán la habilidad suficiente para cubrir las necesidades de todos los colectivos”. Las palabras de Jota reflejan lo que Cities4All resume en sus informes: el primer paso es analizarse y asumir que nuestras ciudades no están diseñadas para todos y, a partir de ahí, destruir barreras, garantizar accesos y buscar, como objetivo final, ciudades que garanticen la salud física y mental de sus ciudadanos.
¿Quieres saber más sobre Jota? Descubre en Un Futuro a Ciegas su historia.
*Las imágenes son propiedad de Juan Lafita