Las 5 mujeres más influyentes en materia de sostenibilidad
Habitamos un mundo hiperconectado, complejo, de enorme intensidad; podríamos hablar incluso de hipermodernidad, un entorno en el que la información vuela y se exige respuesta inmediata para todo. ¿Para todo? El alto impacto ecológico de diferentes actividades (cotidianas, empresariales...) y la crisis climática siguen siendo el caballo de batalla y, para combatirlos, la igualdad de género, la justicia social y la sostenibilidad deben ser el centro de la recuperación y la transformación.
En palabras de Naciones Unidas: “Con menos de una década para cumplir la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la igualdad de género es fundamental para cumplir las promesas de sostenibilidad, paz y progreso humano. La consecución de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres es parte integral de cada uno de los 17 objetivos. Solo garantizando los derechos de las mujeres y las niñas en todos los objetivos conseguiremos la justicia y la inclusión, economías que funcionen para todos y la sostenibilidad de nuestro entorno compartido ahora y para las generaciones futuras”.
Muchas mujeres trabajan en la consecución de estos objetivos, tanto desde el corazón de diversas ONGs como desde el interior de las estructuras de grandes corporaciones privadas y entidades públicas. Y es que el primer paso para concienciar y caminar hacia la igualdad es la representación: necesitamos referentes, necesitamos mujeres que nos representen y que abran el camino. “La igualdad de género es un derecho. Cumplir este derecho es la mejor oportunidad que tenemos para afrontar algunos de los retos más acuciantes de nuestro tiempo: desde la crisis económica y la falta de atención sanitaria, hasta el cambio climático, la violencia contra las mujeres y la escalada de los conflictos. Las mujeres no sólo se ven más afectadas por estos problemas, sino que también poseen las ideas y el liderazgo para resolverlos”, deduce el mismo estudio de la ONU.
Por ello, hemos seleccionado cinco perfiles, cinco mujeres que hacen de la sostenibilidad (ambiental y social) el foco de su dedicación y el punto de partida de propuestas que hacen de este mundo un lugar más igualitario. Y más sostenible.
1. Eva Saldaña Buenache, Directora Ejecutiva de Greenpeace España
Ecóloga, activista, que apuesta “por el cambio sistémico, las organizaciones vivas y el ecofeminismo”, como desvela su biografía de Twitter. Tras vivir en Vietnam, Costa Rica, la Amazonía peruana y la Patagonia argentina, destinos en los que trabajó en proyectos medioambientales, Saldaña llegó a Greenpeace en 2004 como educadora ambiental y responsable de la red de voluntariado; a los ocho años, se convirtió en la directora de Movilización (en este último puesto coordinó diversas acciones como la escalada a las torres KIO). “En este momento crucial de superposición de crisis y aumento de las desigualdades, necesitamos un cambio radical en la relación entre los seres humanos y de estos con la naturaleza. Me considero una activista por la tierra, tanto en las decisiones individuales como en la acción colectiva”, afirmaba en su primera declaración como Directora Ejecutiva de Greenpeace España.
Una de las últimas acciones del movimiento inundó los medios de comunicación: “Las macrogranjas no existen”, una gran pancarta que ocupó el número 36 de la Gran Vía de Madrid. Más allá del efecto conseguido, lo que el equipo de Saldaña pretende con ello es mostrar la dolorosa evidencia y atacar, directamente, a los negacionistas de la crisis climática. Sin embargo, en los últimos años Greenpeace también ha tenido que poner el foco en lo contrario: “Hay una batalla campal absoluta por fagocitar y copar el discurso ecologista. Estamos en una transición ecológica pero en la acción real no hay nada; se han intensificado las trampas por el clima y el greenwashing (lavado verde)”, declaraba Saldaña en su primera entrevista de 2022 para Europa Press.
En la era de las redes sociales, de la respuesta inmediata y de los líderes de opinión cada vez más numerosos, ruidosos y diluidos, el peligro está tanto en quien niega el cambio climático como en quien lo encumbra como un mero eslogan (pero sin acción real de base). Y en esto enfoca parte de su estrategia el Greenpeace de Eva Saldaña.
2. Isatou Ceesay, Fundadora de Women's Initiative Gambia
Isatou Ceesay nació en un pequeño pueblo de Gambia, N'jau, y desde allí, inició toda una revolución en torno a los desperdicios. No en vano, se la conoce como la 'Reina del reciclaje'. Todo comenzó en 1997 cuando, junto con otras cinco mujeres, decidió dar una segunda vida a las bolsas de plástico evitando así que estas acabasen formando parte de la llamada 'basuraleza', ensuciando los espacios naturales de su Gambia natal. Isatou estaba cansada de pasear por los caminos de su pueblo entre bolsas de basura; también, de escuchar historias sobre las muertes de las cabras del pueblo por la ingesta de plásticos.
Así como “el batir de las alas de una mariposa puede provocar un huracán en otra parte del mundo”, la pequeña iniciativa local de Isatou y sus compañeras se convirtió en todo un movimiento de reciclaje y, al año, 50 mujeres formaban parte del proyecto, que se conformó en el Grupo de Reciclaje y Generación de Ingresos de N'jau. Isatou tenía, tan solo, 25 años. Tenía, también, iniciativa, curiosidad, y el conocimiento sobre reciclaje que le había dado ser voluntaria del Cuerpo de Paz en su país.
El resultado directo de esta acción (la conversión de plásticos y desechos en bolsos, mochilas, carteras...) trascendió a la reutilización: generó trabajo, riqueza y dio múltiples oportunidades a las mujeres africanas que encontraron en el reciclaje su fuente de ingresos, es decir, su independencia y su libertad. Con este trabajo, las mujeres pudieron ahorrar, abrir cuentas bancarias, mantener a sus familias y asegurar los estudios de sus hijos o pagar tratamientos médicos. Además, este grupo de mujeres decidió ayudar a la comunidad creando un huerto cuyas verduras se venderían para escolarizar a los huérfanos de la zona. Un ejemplo perfecto de economía circular. Llegó un punto, incluso, en que acabaron con todo el plástico de N'jau y el Grupo de Reciclaje decidió “limpiar” otros pueblos, creando más productos, vendiéndolos y haciendo crecer a la comunidad de mujeres africanas de Gambia. La reina del reciclaje, la reina de las oportunidades.
3. Patricia Espinosa, Secretaria Ejecutiva en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC)
La carrera de Patricia Espinosa siempre estuvo ligada a la reflexión medioambiental, al estudio de los efectos del cambio climático en los países y a las relaciones de poder entre estos. Una figura líder cuyo papel como Secretaria Ejecutiva en la Convención Marco de Naciones Unidas apunta al más ambicioso de los objetivos: “estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero a un nivel que impida interferencias antropógenas (inducidas por el hombre) peligrosas en el sistema climático”. Para afrontar este tipo de desafíos, se precisa de la colaboración internacional, de planes y estrategias acordes. Y es aquí, a un nivel supranacional, en el que encaja el papel de Espinosa como mediadora, ejecutora y voz unificadora de las necesidades globales ante el gran reto que nos une a todos: la crisis climática.
Una de sus últimas intervenciones (el pasado 17 de febrero en la conferencia internacional organizada por el Ministerio de Medio Ambiente de Japón), Espinosa puso el foco en el artículo 6 del Acuerdo de París como “herramienta clave para impulsar la ambición climática”, artículo que se refiere al funcionamiento de los mercados internacionales de carbono, al sistema para desbloquear los recursos de apoyo a los países de desarrollo. Es decir, el artículo ayuda a establecer las directrices para un conjunto de mecanismos de mercado que apoyarán a las partes que deseen cooperar en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Esto es importante para los países en desarrollo y, especialmente, para los países menos desarrollados y los pequeños estados insulares. Al fin y al cabo, muchos no disponen actualmente de los medios o recursos necesarios para impulsar una transición de toda la economía hacia un futuro con bajas emisiones. Se trata de igualar las condiciones para que las emisiones puedan comercializarse con integridad medioambiental. Se trata de poner en marcha más proyectos de desarrollo sostenible para las naciones en desarrollo y menos desarrolladas; y se trata de conseguir que todas las naciones avancen juntas hacia una trayectoria de bajas emisiones”, concluía Espinosa. Y el camino continúa.
4. Winona LaDuke, Directora Ejecutiva de Honor the Earth
Mujer indígena, ecologista, activista política... y Directora Ejecutiva de Honor the Earth, una organización sin ánimo de lucro que apuesta por proyectos medioambientales en territorios de indígenas y recauda recursos financieros (y apoyos políticos) para el bienestar y el cuidado del entorno de las comunidades. Desde salvaguardar la historia oral de los pueblos, así como costumbres y tradiciones, artesanías, músicas... a proteger la tierra indígena frente a los intereses de grandes corporaciones: el trabajo de LaDuke es una labor integral en el cuidado y preservación de la cultura indígena y, por ende, los espacios naturales en que esta habita.
La trayectoria de LaDuke empezó en la década de los 80 fundando la Red de Mujeres Indígenas de Estados Unidos y uno de sus grandes éxitos fue llevar a cabo el Proyecto de Recuperación de Tierra Blanca en Minnesota. Gracias a este proyecto se permitía recuperar las tierras de la reserva indígena de los anishinaabe (Kansas), que previamente habían sido compradas por personas que no formaban parte de la comunidad. Además de devolver la tierra a sus propietarios, el objetivo era reavivar la economía del lugar, replantando, reforestando...
En todos estos años, LaDuke se ha erigido como una de las grandes portavoces de los indígenas americanos: “Si construimos una sociedad que honra a la Tierra, construimos una sociedad que es sostenible y tiene la capacidad de mantener todas las formas de vida", sentenciaba LaDuke en su TED Talk llamada 'Las semillas de nuestros ancestros, las semillas de la vida'.
5. Lola Cabnal, Directora de Defensa del Medio Ambiente de Ak'Tenamit
“Para nosotras, las mujeres indígenas, no hay una diferenciación entre feminismo y medioambiente. Una cosa complementa a la otra. Tal y como las mujeres podemos ser madres y amamantar a nuestros hijos, así es nuestro cosmos, nuestro medioambiente que nos da de comer y nos nutre. Le llamamos al planeta nuestra Madre tierra porque nos da de comer y beber”, afirmaba Lola Cabnal en una entrevista para la organización ONU Mujeres.
Cabnal forma parte de la comunidad maya Q'eqchí (Guatemala) que se ha visto afectada por la crisis climática, desequilibrando la histórica y profunda relación entre los grupos indígenas y la naturaleza y llevando a estos a lidiar con mayores problemas socioeconómicos, emigración, pobreza, desempleo, violencia de género...; problemas que afectan en mayor medida a las mujeres. “Las mujeres indígenas son las que más sufren. Pueden tener que caminar más lejos para recoger agua o leña. Puede que tengan que trabajar más horas en el campo porque se ha endurecido tras una grave sequía o que vean cómo toda su cosecha queda destruida por las inundaciones, que también traen consigo enfermedades transmitidas por el agua”, como indica Ak'Tenamit en su declaración de intenciones.
Como parte de su trabajo en Ak'Tenamit, proyecto de desarrollo fundado en 1991 que busca soluciones a las necesidades de los indígenas del este de Guatemala, Lola dirige talleres nacionales para ayudar a los organismos locales de protección del medio ambiente a coordinar su trabajo. Pero en todos estos años, Ak'Tenamit abrió una escuela, fundó una clínica... y creó un ente homólogo en Estados Unidos que se dedica a la recaudación de fondos. Además, Ak'Tenamit participa en las conferencias de Naciones Unidas sobre cambio climático desde 2009 y en otras reuniones y cumbres internacionales sobre sostenibilidad con un objetivo claro: asegurar que la voz de los indígenas es escuchada en todo el mundo.
Como conclusión, una frase del informe de Naciones Unidas con el que inaugurábamos el reportaje: “La discriminación de género que sigue frenando a demasiadas mujeres, frena también a nuestro mundo”.