Carmen Laffont, docente: “Veíamos en los ojos de esas mujeres el deseo de progresar y la imposibilidad de hacerlo”
La profesora argentina Carmen Laffont, que dirige el centro educativo de Maipú, en Buenos Aires, transforma las vidas de estudiantes de entornos marginales en una posibilidad para una vida mejor. Su proyecto “Creando Puentes” ha sido reconocida por fomentar la inclusión de estudiantes madres.
¿Cómo empezó tu vocación docente?
Creo que mi vocación nace por los buenos profesores que tuve en la educación primaria y secundaria. Provengo de una familia muy humilde económicamente, mis padres trabajaban la finca y siempre había pocos recursos económicos, pero jamás nos faltaron los libros para poder estudiar. Cada día, con mis padres y hermanas, en la sobremesa eran unos debates fenomenales, con mucho fundamento y eso nos hacía crecer mucho. Jamás nos faltó que leer. Hasta con nuestros amigos y amigas intercambiábamos libros. Leí a los 13 años La Ciudadela de AJ Cronin.
¿Qué tipo de profesoras quieres ser? ¿Qué esperas transmitir?
Soy muy activa, apasionada, inquieta, curiosa, sensible. Creo que lo que quiero transmitir es la infinita posibilidad que nos da la educación, para crecer en todo lo que te propongas. Ya estoy jubilada, pero sigo con proyectos relacionados con la educación. Soy una docente que cree profundamente en el aprendizaje y servicio solidario como metodología de aprendizaje, además de defender con gran convicción la educación no graduada.
Háblanos de tu proyecto “Creando Puentes”, ¿cómo surge la idea?
Este proyecto nace desde el equipo docente, que estaban muy preocupados por el abandono de la escolaridad que hacían las mujeres, ya sean adolescentes o adultas, por el cuidado que debían tener para con sus hijos, ya sea por embarazo adolescentes o por tener familias muy numerosas. Pensando en ellas nace. Porque en el horario en que deben cursar en nuestra escuela, que es de 18 a 21 horas, no hay guarderías para cuidarle sus hijos. Y veíamos en los ojos de esas mujeres el deseo de progresar y la imposibilidad de hacerlo. Son mujeres que están solas, jefas de hogar, a cargo de familias muy numerosas, con escasos recursos y sin redes familiares de apoyo. Que han sufrido y siguen sufriendo violencias de todo tipo, que ven vulnerados sus derechos. Y en la pandemia, ni te cuento, no sabían usar las billeteras electrónicas y menos el cajero automático.
¿En quién te inspiraste?
La que me inspiro para presentar este proyecto, para tener ayuda económica para llevarlo a cabo, es una de nuestras alumnas… Daiana, una estudiante brillante, muy pobre, a los 15 años se queda embarazada de mellizos. Todos los años se inscribía y abandonaba, ya que se quedaba embarazada de nuevo…Y cada año las responsabilidades y la pobreza le quitaban brillo, hoy tiene seis hijos y todavía no puede terminar el secundario… Sé que es su sueño. Y el mío.
¿Qué habría sido de todas esas estudiantes madres si no fuese por tu proyecto?
Nuestro objetivo es lograr un empoderamiento, social, económico y educativo…la educación es lo menos rentable, no tienes los resultados al momento, todo es paciencia, es esfuerzo y los resultados son a largo plazo. No hemos podido llevar a cabo el proyecto como lo hemos pensado, como lo hemos soñado, por la falta de recursos. Hemos recibido muchos reconocimientos, pero no recursos.
Anteriormente, ya habías presentado un proyecto llamado “Ni vos ni yo... Nosotras” para crear una guardería para que aquellas madres puedan dejar a sus niños y seguir estudiando. ¿Cuál ha sido el aprendizaje de esta iniciativa, que además fue premiada por la Fundación Avon?
Creo que presentar este proyecto en la Fundación Avon me abrió la mente, me enseñó a pensar en grande, a ordenar ideas, a capacitarme y a seguir pensado en serio el proyecto. NI VOS NI YO… NOSOTRAS fue premiado por la fundación Avon con $200.000 pesos argentinos y con $50.000 por la Fundación de Banco Macro, pudimos realizar la compra de 4 notebook y apoyar el acceso a las herramientas informáticas de nuestras estudiantes además de capacitarlas en la prevención de la violencia de genero a través de unos talleres muy completos y profundos, formando a cada estudiante como promotora de derechos en su comunidad. En nuestro país la inflación no te ayuda a pensar nada más que en el aquí y el ahora.
Nos falta muchísimo para llegar a cumplir nuestros objetivos.
¿Qué recorrido te gustaría que tuviese “Creando Puentes” a partir de ahora?
Sueño con poder construir los espacios físicos para los talleres, para el merendero-guardería de los hijos e hijas de nuestras alumnas y así ellas puedan tener ese momento para dedicarlo a ellas, a estudiar y poder progresar a llevar adelante sus proyectos de vida.