Desde que nació Cabify en Madrid hace 7 años, son muchos los momentos de los que sentirnos orgullosos y que merecen ser destacados, como el día en el que comenzamos a operar en Latinoamérica o la mañana en la que nos enteramos de que habíamos llegado al millón de pasajeros activos en todo el mundo. Pero creo que lo de hoy es mucho más especial y me hace sentir aún más orgulloso.
Hoy nos hemos convertido, oficialmente, en la primera app de movilidad en Europa y Latinoamérica en ser 100% neutra en emisiones de carbono. Hemos asumido la responsabilidad de nuestro impacto en el medioambiente y por eso hemos decidido que, hasta que llegue el día en el que Cabify funcione con energía limpia, compensaremos cada emisión de CO₂ que produzcamos. Y eso no es solo el CO₂ emitido por los vehículos que usan nuestra plataforma, sino también nos referimos al producido por los servidores que mantienen nuestras apps, nuestras oficinas e incluso el generado por el desplazamiento de nuestros empleados.
Además, no empezamos con esta medida a partir de mañana, ni hoy; hemos retrocedido y hemos compensado todo lo producido por nuestro servicio durante todo 2018.
¿Cómo?
La compensación de carbono es, esencialmente, invertir en proyectos limpios que contrarrestan el dióxido de carbono que ha producido tu actividad. Junto con nuestros aliados de First Climate, encontramos un proyecto certificado con un impacto real y medible que, además, es reconocido en todo el mundo por su trabajo excepcional: el proyecto Madre de Dios en la selva amazónica peruana.
Para nosotros, era muy importante elegir un proyecto con base en uno de nuestros principales mercados y, en cuanto nos enseñaron cómo Madre de Dios protege uno de los ecosistemas más ricos del mundo, supimos que era perfecto para nosotros. Este proyecto da empleo a las comunidades locales para prevenir la deforestación en una parte de la Amazonía donde abunda la tala ilegal, combatiendo así el calentamiento global y protegiendo, al mismo tiempo, la biodiversidad. Es un gran proyecto, muy inspirador e impactante. Nos enorgullece enormemente poder decir que, si una persona viaja en Cabify o un conductor colabora con nosotros en cualquiera de los 11 países en los que estamos, estará ayudando a preservar una parte de la selva amazónica. El proyecto cubre un área de selva tropical equivalente a la superficie de Portugal y, hasta ahora, ya hemos ayudado a proteger a más de 5,3 millones de árboles.
¿Y ahora, qué?
Este es un enorme paso adelante para minimizar nuestro impacto ambiental y refleja un compromiso a largo plazo para garantizar que nuestra actividad convierta las ciudades en un lugar realmente mejor para todos. También sabemos que esto no es una solución definitiva. Por eso, año tras año, nos esforzaremos en reducir las emisiones que generamos, más allá de compensarlas. Sin embargo, esta tampoco es una acción aislada, porque este año hemos dado pasos importantes para cumplir los 17 objetivos de desarrollo sostenible elaborados por las Naciones Unidas. Entre otras medidas, hemos cambiado nuestras botellas de agua de plástico a cartón en España, hemos mejorado las instalaciones de reciclaje en nuestras oficinas de todo el mundo y nos hemos adherido al Pacto Mundial de las Naciones Unidas.
Y esto es solo el principio. Aún queda mucho camino por recorrer y hay multitud de cambios e iniciativas que están por venir. Si hay algo que hemos aprendido en estos siete años es que las cosas que realmente merecen la pena no ocurren de la noche a la mañana. Pero sabemos que vamos por el buen camino. Con el apoyo de nuestra comunidad de pasajeros y conductores, podremos continuar haciendo de las ciudades un mejor lugar para vivir mientras reducimos, progresivamente, el impacto que tenemos en el medioambiente.
Juan de Antonio, fundador y CEO de Cabify.