En nuestro objetivo por hacer de las ciudades mejores lugares para vivir nos encontramos a un gran enemigo: el calentamiento global. Las consecuencias de un aumento de la temperatura son devastadoras: derretimiento de los polos, inundaciones, sequías, incendios, desaparición de animales y de recursos económicos, etc. La buena noticia es que aún estamos a tiempo de combatirlo.
Como ya sabes, en Cabify compensamos todo el CO₂ que producimos ayudando a proteger más de 5,3 millones de árboles de la selva amazónica. Pero esa no es la única manera de combatir el calentamiento global. Cada decisión que tomamos en nuestro día a día, aunque parezca insignificante, puede marcar la diferencia. Incluso conduciendo o manejando podemos ayudar a frenarlo emitiendo la menor cantidad de CO₂ posible. ¿Cómo? Muy sencillo, siguiendo los consejos que te damos a continuación que, además, te ayudarán a ahorrar combustible.
- Sube las ventanas. Es uno de los consejos más típicos que, seguro, has escuchado en muchas ocasiones. Al llevar las ventanas bajadas entra mucho aire en el interior del vehículo, generando un freno que fuerza al motor a trabajar aún más de lo normal.
- Evita los acelerones y las marchas cortas. Cuanto más presiones el acelerador, más CO₂ estarás emitiendo en la atmósfera. Y pasa lo mismo si usas de manera constante las marchas cortas. ¿Solución? Acelerar lo justo y necesario y cambiar de marcha en el momento exacto, sin revolucionar el vehículo.
- Enciende la calefacción o el aire acondicionado un poco más tarde. Tanto la calefacción como el aire acondicionado, para funcionar correctamente, necesitan que el motor tenga una alta temperatura. Por eso, evita accionarlos nada más arrancar el vehículo; espera mejor 5 minutos para hacerlo.
- Cuanto menos peso, mejor. Siempre que te sea posible, evita llevar mucho peso en el vehículo. A mayor peso, más esfuerzo del motor y, en consecuencia, más consumo de combustible.
- El poder de la inercia. Si vas cuesta abajo, no hace falta que aceleres. Además, si sabes que vas a parar porque ves un semáforo en rojo a lo lejos, es mejor soltar el acelerador y frenar con marchas siempre que sea posible. Así, la energía que necesitan los frenos será menor.
- Y en general, que el vehículo esté en buen estado. Lo más importante es revisar el estado de las ruedas. Si están desgastadas o tienen algún defecto, el motor de tu vehículo tendrá que trabajar más de lo normal. Y eso ya sabes lo que provoca: más gasto de combustible y, por tanto, más contaminación. Y tampoco olvides revisar de manera periódica los filtros del aire o los líquidos.
¡Y eso es todo! Si ya sigues estas recomendaciones o si decides a partir de ahora aplicarlas en tu día a día, ¡muchas gracias por respetar el planeta!